PRIMOGENITURA
Primogénito, en hebreo békór, griego prótótocos y latín primogenitus, es el primer nacido de una pareja humana o de animales irracionales. La primogenitura ha tenido importancia en la historia de la humanidad, para cuestiones de herencia
El derecho de primogenitura era considerado como propiedad exclusiva del primer nacido de una familia. Por lo general, el primogénito heredaba el rango, la situación y las prerrogativas de su padre; venía a ser jefe de la familia o de la tribu; heredaba asimismo una porción doble de los bienes paternos, derecho garantizado al hijo primogénito, incluso si había una segunda, esposa preferida era la madre del primogénito (Deuteronomio 21:17 ; cfr. 2 Reyes 2:9 ). El derecho de primogenitura podía ser vendido a un hermano menor, como lo hizo Esaú a Jacob (Genesis 25:29 , 34; Hebreos 12:1 ; en el artículo NUZU se puede constatar el registro de un caso semejante). La primogenitura se podía también perder por una mala conducta (1 Cronicas 5:1 ).
La consagración a Dios de los primogénitos. La obligación de consagrar a Dios los primogénitos tanto de los hombres como de los ganados (v. DIEZMOS Y PRIMICIAS I) se encuentra tanto en el Decálogo (Ex 34,19) como en el Código de la Alianza (Ex 22,28-30). Su institución se narra en Ex 13,2.12-16
El Deuteronomio se ocupa solamente de los primogénitos (Di 15,19-23).
La tradición sacerdotal considera a los levitas (v.) como la sustitución de los primogénitos de Israel desde la intervención divina en Egipto (Num 3,13). Por ello en el rito especial de la consagración de los levitas (Num 8,5-26) el ritual de purificación y oblación está basado en este supuesto de los levitas como donación por los hijos de Israel en sustitución de cuantos abren el seno materno (especialmente los vers. 16-18). Como se ve en los textos de la tradición sacerdotal, la razón de esta consagración está en la dedicación al servicio divino con la exigencia de la oración por todos los hijos de Israel.
Israel, primogénito de Dios. La relación especial que brota de la elección divina con respecto a su pueblo ha quedado expresada con la noción de primogénito. Ella lleva consigo una dignidad especial de Israel sobre los otros pueblos (connotando simultáneamente que los demás pueblos también pertenecen a Yahwéh; cfr. Ex 19, 5-6). Israel es llamado «mi hijo primogénito» (Ex 4,22; cfr. Eccli 36,14). Así mismo Efraín en ler 31,9. Por ello Israel será un reino de sacerdotes y una nación santa (Ex 19)
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